¿Qué es el algodón peinado y cómo se consigue?
Una vez que el algodón ha sido desmontado, tras la separación de la materia prima de las hojas y las semillas, queda la flor del algodón. Esta se transforma en un hilo que, mediante proceso de cardado, se convertirá en el algodón más común, el algodón cardado. Este algodón pasará por un método de estiramiento y torsión para dejarlo fino, con el aspecto que conocemos.
Pero el algodón peinado va un paso más allá: sigue el proceso de estiraje y torsión, y vuelve a ser peinado para luego volver a estirar y torsionar. Tras este proceso de peinado, el resultado que se consigue es un mayor refinado, con unas fibras de algodón más largas, resistentes e increíblemente finas.
Por tanto, el algodón peinado es mucho más elaborado, de mejor calidad y mayor suavidad que el cardado. Mientras se forman las fibras más largas, se eliminan las impurezas y se desechan las fibras cortas. Es decir, solo se mantiene el material de más calidad. De este modo, se consigue un hilo de algodón tenso, duradero y resistente.
El algodón peinado es un tipo de algodón que se somete a un proceso adicional durante su fabricación, lo que lo diferencia del algodón normal o cardado. A continuación, se presentan los beneficios del algodón peinado:
- Calidad. Esta es sin duda una de las características más visibles y palpables del algodón peinado. Las prendas que están fabricadas con este tejido tienen una densidad increíble, que se nota a simple vista, y mucho más al tacto. Esta característica es especialmente interesante en la ropa interior.
- Durabilidad y resistencia. Las fibras largas de las que se compone el algodón peinado son mucho más duraderas y resistentes. Se rompen con menos facilidad y también se enganchan mucho menos, lo cual aporta una durabilidad mucho mayor que las prendas elaboradas con algodón cardado.
- Suavidad. La suavidad al tacto, en la piel, es sin duda una de las mayores ventajas del algodón peinado. Las prendas de algodón peinado son suaves, frescas y resistentes al desgaste de los lavados, por lo que difícilmente perderán el brillo original que tenían al principio.